Ermita de San Benito
La ermita de San Benito de Nursia se halla ubicada en un alto, en las proximidades del paraje conocido como la Gutierra (en memoria del nombre de la aldea ya desaparecida en la que se hallaba la ermita de S. Serván), pasado el arroyo del Cohete, al otro lado del Cerro del Conjuro. Su origen está vinculado a la existencia de un antiguo núcleo de población de época romana, en el que se han hallado numerosos restos arqueológicos pertenecientes a esta etapa histórica.
Su antigüedad queda atestiguada a mediados del siglo XIV, fecha en la que aparece citada en el Libro de las Monterías, del rey Alfonso XI. El hecho de aparecer en esta obra nos asevera la importancia que tuvo en aquellos tiempos como excelente zona de caza mayor. Se trata de una obra que describe con detalle los paisajes y el relieve de los mejores lugares de caza de España.
Erigida en el siglo XIV, constituye un claro ejemplo de la importancia que el gótico alcanzó en estas tierras. En la fachada se abre el acceso a la ermita mediante arco apuntado de granito, sobre el que se alza una sencilla espadaña. El interior, de una sola nave, presenta bóveda de crucería y arco ojival de ladrillo, sobre el que se asienta una cubierta de madera a dos aguas.
La ermita de San Benito, fue restaurada por la Escuela Taller “Las Ermitas”, debido al mal estado que presentaba el edificio, lo que supuso un largo paréntesis de más de diecisiete años en los que no se pudo festejar la romería. Finalizadas las obras, la Hermandad de San Benito de Nursia resurgió con nuevos bríos. Anteriormente, la popular romería de San Benito se venía celebrando el Domingo de Resurrección, pero tras la restauración de la ermita, y dada su coincidencia con la denominada Pascua Florida, fiesta central del cristianismo, se decidió cambiar la romería al domingo siguiente al de Resurrección. Así, desde el año 2012, la hermandad recuperó la romería popular, siendo el último domingo de septiembre la fecha de regreso del Santo a su ermita.
La imagen de San Benito Abad, nombrado por la Iglesia patrón de Europa y fundador de la Orden Benedictina, que se venera en Hinojosa del Duque, representa al Santo de Nursia vestido con hábito benedictino, y portando los distintivos que suelen acompañar a su imagen. Lleva en una mano el Báculo Pastoral, como atributo principal de este Santo, y en la otra el libro de Regla de la Orden Benedictina; presenta a sus pies, un cuervo, otro de los atributos que le son propios, llevando en el pico un trozo de pan, en memoria del pan envenenado que recibió San Benito, de un sacerdote de la región de Subiaco que le envidiaba. Cuentan que el Santo ordenó al cuervo que se llevara el pan adonde no pudiera ser encontrado por nadie.
De esta historia es de donde viene la tradición de siglos, sobre los hornazos de pan. El prado de la Quica es engalanado para recibir a San Benito, y entre gritos de ¡¡¡Viva San Benito!!!, niños, jóvenes y adultos con su hornazo bajo brazo, lo esperan ansiosos para poder comérselo, pues, según cuenta la tradición, no se puede comer hasta que San Benito hace su entrada en Hinojosa.