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Convento de la Purísima Concepción

El convento de la Purísima Concepción está situado en la Pza. Duque de Béjar, conocida popularmente como “el Pilarete”, donde la monumental fachada del monasterio articula una de las más bellas plazas de Hinojosa del Duque. La fuente de granito del centro de la plaza, aporta el sonido del agua que acompaña nuestros pasos. La quietud sólo se ve rota por la pequeña campana que se cobija en la espadaña que corona la fachada del monasterio.

El convento de la Purísima Concepción debe su origen a la fundación realizada por Fr. Luis de la Cruz (hijo de Alfonso II de Sotomayor, IV conde de Belalcázar) que, tras una azarosa vida militar, tomó el hábito franciscano de la Provincia de los Ángeles.  Según consta en su testamento otorgado en Hornachuelos, en 1543, ordenaba que a sus expensas se fundase un convento de religiosas Concepcionistas, dejando para el edificio la importante suma de 3.000 ducados y las dos terceras partes de la Dehesa de las Alcantarillas, 16.000 ducados, que daban una renta anual de 200.000 maravedíes para el sustento de las religiosas.

Posteriormente, el pontífice Gregorio XIII concedió, en 1573, la unión de los dos beaterios existentes en Hinojosa del Duque, el de la Madre de Dios de arriba, que se ubicaba en la plaza (ermita de la Virgen del Castillo), y el de la Madre de Dios de abajo, situado en el emplazamiento del actual convento Concepcionista, que acogió a las hermanas de los dos beaterios, bajo la jurisdicción y obediencia de los Superiores Franciscanos de la Provincia de los Ángeles.

En este monasterio profesó como religiosa Sor Jacinta de Santa Teresa, que ingresó en el convento en 1879. Hija de Francisco de Paula Romero y Palomeque, conocido militarmente como el Brigadier Romero, y a nivel popular como “el Condesito”, tenía su casa solariega en la calle situada frente a la bella puerta de entrada a la iglesia del convento. Su vida y trayectoria en este monasterio quedó reflejada para siempre en una biografía “La margarita escondida. Vida de la M. R. M. Sor Jacinta María Teresa de Jesús Romero Palomeque Balmaseda y Gómez Bravo”.  Murió 12 de mayo de 1910, iniciándose su proceso de beatificación el 22 de junio de 1918.

La construcción del convento se inicia a finales del siglo XVI, aunque su iglesia no será consagrada hasta el 28 de abril de 1693. Se trata de un templo de una sola nave, muy amplia, cubierta con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones que descansan sobre pilastras de granito, y contrarrestados al exterior con potentes contrafuertes unidos por arcos de ladrillo. El presbiterio se cubre con cúpula sobre pechinas. Posee doble puerta de acceso. La más próxima a la cabecera repite el típico esquema renacentista que presenta altos pedestales sobre los que descansan las columnas que sostienen el entablamento, decorado con los escudos de los Zúñiga y Sotomayor, y rematado por un frontón triangular partido. El interior del convento se articula en torno a un gran claustro con doble galería, la inferior, con arcos sustentados en columnas de granito.

En el año 2009, se realizó una importante intervención en la iglesia conventual; el arquitecto cordobés, José Montilla de Mora, proyectó para el muro frontal del presbiterio de la iglesia un monumental retablo exento de granito, concebido a modo de portada románica, organizada mediante un arco de medio punto abocinado con arquivoltas que se alza sobre la línea de imposta, mientras que por debajo de esta línea presenta cuatro columnas muy estilizadas con sencillos capiteles y basas a ambos lados del vano central. En este espacio se dispone una gran vidriera, obra de Francisco José Gómez Argüello Wirtz, con la imagen de la Virgen como figura colosal. El autor, con un estilo ecléctico, de fusión entre neobizantino y cubista, presenta a María como la Nueva Eva. Es Ella la gran protagonista, mientras que en el centro de la composición sitúa a Jesús, al que sostiene con su mano izquierda, mientras que en la derecha porta un gran lábaro (cruz y estandarte de victoria), símbolo de la resurrección y triunfo sobre la muerte.  Bajo la gran vidriera se ubica el sagrario, realizado en plata, esmaltes y cristal.

Las últimas intervenciones realizadas en el interior del templo han desbaratado la estética barroca y la unidad estilística que originariamente tuvo la iglesia del convento, combinando estilos que resultan impactantes.

Contacto

Plaza Duque de Béjar, 4,

14270 Hinojosa del Duque, Córdoba

Información adicional

957 140 018

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