Ermita de San Gregorio de Ostia
En el acta capitular del Concejo del año 1581, se acordaba tomar como Patrón y Abogado de los labradores de esta villa a San Gregorio, y construir una ermita en su honor a la salida de la población, en el camino de Córdoba. Esta ermita primitiva estuvo ubicada en lo que hoy es el altar mayor del convento de San Diego o Iglesia de los Padres Carmelitas.
La actual ermita se construyó en el siglo XVII, en el camino a Sevilla, nombrándose por primera vez en unas cuentas parroquiales de 1735. Dicha ermita tiene una nave de 12 metros de longitud por 4.4 metros de anchura.
Su planta presenta un núcleo central cuadrado cubierto por cúpula sobre pechinas, y dos espacios laterales unidos al central por arcos de medio punto que descansan sobre pilastras con columnas adosadas.
Uno de los azotes más crueles que sufrieron los labradores de la zona fueron las temibles plagas de langosta que desde tiempo inmemorial tuvieron como intercesor al Santo Obispo. El rey Fernando VI dispuso que hasta la provincia de Córdoba viniera desde Roma la reliquia de la cabeza de san Gregorio de Ostia, que llega a la catedral de Córdoba el día 23 de enero de 1757, para hacerle rogativas y acabar con la temible plaga que devoraba los campos. La reliquia también llegó a Hinojosa.
En la década de los cuarenta del siglo XX, los vecinos de la calle San Gregorio reconstruyeron la ermita, y no faltaron benefactores que costearon la imagen del Santo y la campana de la ermita.
La última restauración, realizada entre 2010-2011 por la escuela taller “Las Jarillas”, devolvió a la ermita su antiguo esplendor al recuperar la antigua portada de granito que había quedado oculta en el muro.
La Hermandad de San Gregorio se encarga del cuidado de la ermita, que posee santero, y organiza los cultos y festejos en honor del Santo Patrón que tienen lugar en el fin de semana más próximo a su festividad, el 9 de mayo.