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ERMITA SANTO CRISTO DE LAS INJURIAS

La ermita del Santísimo Cristo de las Injurias es para todos los hinojoseños uno de los emblemas de nuestra Ciudad, a la vez que constituye su mayor referente devocional.

Situada a 1,5 km. del casco urbano, se alza majestuosa sobre una pequeña colina, ofreciéndonos una bella panorámica de Hinojosa del Duque, y sirviendo de mirador de la Comarca. El camino hasta su ermita presenta un continuo fluir de personas que a todas las horas del día se acercan a rendir culto a su más querida imagen.

El origen de esta ermita se remonta a la etapa de la Reconquista, s. XIII, momento en el que estaba dedicada a la advocación de santa Brígida, devoción que será posteriormente sustituida por el culto al Santísimo Cristo de las Injurias.

El cambio de titularidad de la ermita se debió a la extraña aparición de un crucifijo en la puerta de la ermita, que tuvo lugar en 1734, siendo éste bendecido por el clero bajo el nombre de Cristo de las Injurias, en virtud de la elección realizada con todas las invocaciones de la Letanía de Jesús.

El Padre Juan Ruiz, en su obra, nos narra que, el día 5 de febrero de 1742, el Vicario de la Villa encargó a los Hermanos de la Cofradía el culto al citado crucifijo, al tiempo que se nombraba a un sacerdote como administrador de sus bienes. En el último tercio del s. XVIII, este templo era conocido como ermita del Stmo. Cristo de las Injurias, atrás había quedado ya la advocación primigenia de santa Brígida. Las obras en la ermita se prolongaron hasta el año 1887, y fueron financiadas gracias a las dádivas del presbítero D. Francisco de P. Romero Bolloqui y a las limosnas del pueblo.

La ermita del Santo Cristo de las Injurias es de estilo Neoclásico.  Desde el siglo XVIII, el templo ha sufrido diferentes intervenciones, aunque siempre preservando su estructura original. Consta de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, reforzada con cinco arcos rebajados que apoyan sobre pilastras toscanas. A los pies se sitúa el coro sobre arco rebajado. Por medio de un arco triunfal se accede a la cabecera, de planta circular y cubierta con cúpula. Posee dos portadas, una a los pies y la otra en el lado de la Epístola, ambas precedidas por un pórtico de arquerías. Exteriormente, a los pies, se levanta una hermosa espadaña articulada en dos cuerpos y frontón triangular como remate. En su interior se venera la imagen del Stmo. Cristo de las Injurias, obra del imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci.

A mediados de septiembre se celebra su día grande, donde no falta la tradicional rifa de hornazos de fideos.

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